La influencia  económica de los dominicanos que migraron a diferentes  países, mayormente a Estados Unidos y Europa, empujados por la miseria económica, corrupción política desmedida y  por ende la falta de oportunidades de desarrollo, se ha mantenido en aumento como una fuerza poderosa de subsidio directo a la pobreza de su país.

A pesar de que el año 2020 fue uno de los más difíciles en el mundo, los dominicanos de la diáspora tuvieron el valor y arrojo de apoyar a sus familiares, amigos y relacionados, nada más y nada manos que con el astronómico envío de US$8,219.3 millones  de dólares en remesas. Eso marcó un nuevo record, que refleja la solidaridad de los dominicanos en los momentos más difíciles, tanto por la crisis sanitaria que atraviesa la República Dominicana como consecuencia del COVID-19, como por sus devastadoras secuelas económicas.

La clase política dominicana, todavía no entiende el verdadero significado de estas cifras, que representan más del 10% del producto interno bruto del país (PIB). Esto sucede en momentos en que el país perdió sus ingresos de divisas del sector turístico y un estancamiento del sector productivo nacional.

El impacto directo que estas remesas tienen sobre el consumo de bienes y servicios juegan un papel fundamental para el sostenimientos de esas familias que reciben las remesas. Eso significa que estamos financiando la pobreza directamente.

¡Por Eso Exigimos Respeto para la Diáspora!